I'am a young mom: Mi guerrero

Mi guerrero

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Mi nombre es Diana Laura Castillo, tengo 18 años y soy madre de un niño fantástico de 13 meses…


Colaboración Marzo 2015

RedacciónDiana Laura Castillo

Todo comenzó con un típico retraso de menstruación, aunque días antes lo sospechaba fue como una intuición, no fue hasta después del retraso que me decido a realizar algo que a muchas jóvenes les da miedo e incluso vergüenza, “Una prueba de embarazo”, con mis escasos 17 años me decidí y prometí que si el resultado era negativo jamás lo haría de nuevo pero sorpresa “Era positiva”, sentí que mi mundo se venía abajo, llore, pensaba que a mí no podía estar pasando esto. Lo que más me aterraba era el tener que confesárselo a mis abuelos y mi mama, ellos abrían querido algo diferente para mí respecto a mi edad, sentía que los había defraudado…
El padre de mi hijo estuvo conmigo porque hasta entonces era una responsabilidad de dos, hasta ahorita no imagino lo defraudada que se sintió mi mama pero al mismo tiempo feliz porque estamos hablando de un ser humano, una personita que llegaría más tarde a cambiar mi vida por completo. Mi familia más tarde comprendió que sea cual sea el momento,  un hijo siempre es la mayor bendición que dios nos puede dar, me sentí aliviada después de que ellos conocieran la noticia, lo comencé amar infinitamente sin ni siquiera conocerlo.

Seguí haciendo cosas que hacia normalmente pero claro disfrutando al cien por ciento lo poco que crecía mi bebe dentro de mí, ame sus primeras pataditas es una emoción tan grande que es imposible explicarse. A mis 6 meses comencé a sentir contracciones y fue cuando comenzó el problema, tenía infección en mis riñones y eso provocaba que mi hijo quisiera nacer mucho antes de lo previsto, era muy difícil que sobreviviera, mis ojos se llenaron de lágrimas, se me hizo un nudo en la garganta y solo le pedí a Dios que todo estuviera bien, fue unos de los peores momentos de mi vida…
Por fin gracias a la ayuda de Dios, a mis 30 semanas de gestación di a luz a un bebe pequeñísimo de 1.610kg, lo mire, lo bese y confirme que el amor ciego que sentí sin siquiera conocerlo era verdadero, enorme y supe que sería un amor para siempre, rápidamente tuve que separarme de él porque debía pasar algún tiempo en incubadora, así fue por sus primeros 2 meses y medio debido a que sus pulmoncitos no estaban completamente desarrollados, no lo pude disfrutar como hubiese querido, pero lo miraba diariamente, dormía en el hospital fue mi hogar temporal, el ver a mi guerrero luchar por su vida me daba más fuerzas para seguir adelante.
Desde entonces mi hijo Ian ha luchado como todo un guerrero, debido a que siguió enfermándose gravemente después de salir del hospital, pero gracias a su fuerza, hoy lo tengo a mi lado, compartimos muchos momentos juntos reímos, escuchamos música, miramos caricaturas, comemos juntos, las desveladas ya son menos si se trata de cuidarlo, el simple hecho de mirarlo sonreír alegra mi vida, me motiva ser mejor persona cada día y a tratar de superarme.

Nadie dijo que ser madre joven iba hacer fácil pero tengan por seguro que tampoco es imposible, es la mayor bendición de una mujer sin importar su edad, mi hijo ian hoy tiene 13 meses, y tengan la certeza de que son los meses más maravilloso que nunca imagine vivir, no me imagino un día si no es a su lado. 


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