El de carácter firme, eso significa tu nombre, mi pequeño Dante.

Colaboración Abril 2015   Keyla Jael Reyna

Cuan maravilloso es Dios que antes de saber que llegarías a mi vida te dibujo en mis sueños, donde veía a un hermoso niño  caminando a mi lado llegando a un parque muy arbolado donde te enseñaba a bajar por la resbaladilla, y contento saltabas a mis brazos diciéndome mamá…

Hola me llamo Keyla tengo 22 años y esta es la historia  que cambio mi vida para siempre…

Me entere que estaba embarazada un diez de mayo, ¿qué locura no?, emoción, temor, frustración…todo tipo de pensamientos buenos y no tan buenos pasaban por mi mente, recuerdo que me mire en el espejo del baño y con lágrimas en los ojos dije: No es cierto!!!

Pues si, si era cierto, tan cierto como mis sueños que ya anunciaban su llegada.

En ese momento mi primera pregunta fue: ¿y la uni?, entonces comenzó la aventura, asistía a clases con mi bebe en camino, y aunque mi embarazo fue muy tranquilo y sin complicaciones todos los días moría de sueño, así que yo dormía lo que podía en donde se podía. 

Desde el día que supe de mi embarazo, comencé un diario, dedicado a mi bebe, era ahí donde le contaba  mis experiencias que hablaban de cuando el se movía y golpeaba con sus pequeños pies, tan fuerte que se lograban ver formas a través de mi vientre, era grandioso saber que estaba ahí, vivo y ansioso por conocerme, y por salir  a experimentar el mundo.

El amor que ya sentía por él, simplemente era inexplicable, tachaba en mi calendario los días viejos esperando con ansias su llegada, preparando cada detalle, su cuna, su ropita queriendo comprar todo para estar preparada. Y al fin llego el gran día, un 18 de diciembre del 2014, cuando en el quirófano escuche su angelical llanto.

Como es el amor que la primera vez que abrió los ojos, fue cuando me lo acercaron a besar su frentecita y escuchó la voz que nueve meses le hablaba y le cantaba canciones echas solo para él. Mis emociones estaban al límite, lo veía y no lo creía, el tan hermoso  y tan perfecto para mí. Su papá no cabía de felicidad, veíamos a nuestro hijo, tan frágil que no queríamos lastimarlo por nuestra inexperiencia al tener que cargarlo, pero ya en nuestros brazos no hubo más pretextos, y locos de amor emprendimos este viaje que hasta ahora ha sido el más hermoso de todos los amaneceres.

Cuatro meses ya,  tiene mi tesoro, y me hace tan feliz, con esas sonrisas, esos berrinchitos, con esas desveladas, con sus miradas tiernas sedientas de amor, me hace tan feliz que soy celosa del tiempo, de ese reloj que no se detiene, porque sé que un día él se ira de mi lado, siendo un hombre lleno de sueños y anhelos, pero se llevara en el alma, mis caricias, mis canciones, mis concejos, mis ilusiones, mi juventud, mi dedicación  y este gran amor que jamás daré a nadie…

Mi embrión vieron tus ojos. Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin fallar una de ellas.  Salmos 139:16